Todo por una meta lejana, pero alcanzable.
Tanto esfuerzo que de momento parece insoportable.
Tanta energía gastada en cosas que parecen inútiles, pero que
soportan la vista a un horizonte lejano en distancia,
lejano en páginas, lejano en revoluciones de cerebro y
vueltas de rueda de autobús o de tren de aterrizaje.
Y sin embargo cercano en tiempo.
Tiene que valer la pena.