"Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre"

sábado, 12 de septiembre de 2009

Simulación de democracia en la UANL.

(Publicado en "La Voz" Num. 3 Sept 2009)

Todos estamos familiarizados (por desgracia mas que por fortuna) con la elecciones y con la democracia de nuestro país. Vivimos en un país de simulación, de mentiras, y de una profunda corrupción. Y al hablar de corrupción no solo me refiero a aquellos instalados en minas de oro, perdón, en cargos públicos. La corrupción es algo tan común en nuestro México, que la llevamos a cabo los ciudadanos comunes sin darnos cuenta y mucho menos sin sentir culpa alguna. Tan corriente es la corrupción y la hipocresía, que no notamos o no decimos nada ante las simulaciones de democracia a las que juegan las autoridades universitarias. Estamos viviendo un proceso “democrático” aquí en nuestra Facultad, y los invito a reflexionar al respecto.
Si bien es cierto que existe un reglamento para regular la elección del director, si bien su propósito es garantizar una elección democrática e inclusiva, donde los alumnos (creemos) son tomados en cuenta en esta importante decisión, y donde nuestro voto “vale” (un cacahuate) igual que el de los maestros; no nos preguntamos la razón de que tengamos tan amplio espectro de opciones para marcar en la papeleta que hemos de meter en las urnas (sarcasmo), usualmente las “elecciones” tienen 1 solo candidato. Me refiero a que el reglamento que supuestamente garantiza que la elección sea un proceso democrático, de nada sirve cuando ahora los juegos de corrupción, de favores, de intereses, que antes estaban mucho mas a la vista, ahora deciden al candidato único a director (en vez de al director), deciden quien será la única persona por la podremos votar. Curiosamente el “Reglamento sobre los Procedimientos Electorales para la Designación de Directores de Escuelas y Facultades” no contempla esta situación. Ni tampoco contempla un número de voto mínimo. Es decir, es necesario un solo voto para hacer “válido” el proceso y la elección.
¿Es esto verdadera democracia?
A mi parecer, no lo es, es una mera simulación. Es un intento de esconder a los verdaderos actores en el juego político de la designación del director. Es un intento de engañar a los ingenuos.
¿Acaso creemos que cualquiera que llena los requisitos para postularse a director tiene la libertad de hacerlo? Quien se atreva a semejante cosa, obviando a los poderes fácticos se arriesga a perder su empleo en la UANL. Desde el Gobernador o sus empleados, pasando por la Rectoría y el Sindicato de Trabajadores de la UANL, hasta las Áreas de Acentuación (en peligro de ¿inevitable? extinción) le entran al juego de poderes e influencias que ahora se pretende llevar a cabo en las sombras de el Democrático Proceso Electoral (“y crecemos todos…”)
Esta es solo una invitación a la reflexión y a la crítica. Cada estudiante y maestro puede elegir entre reflexionar (¡que flojera!) o seguir viviendo es su pequeña burbuja de indiferencia.

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