"Soy la orilla de un vaso que corta, soy sangre"

lunes, 27 de diciembre de 2010

Soñar

Y cuando despertó, ella ya no se encontraba ahí...
Y cuando despertó, la noche había terminado, como
terminan todas esas noches donde en sueños
recorre mundos y ciudades a la cuales nunca
ha ido

Y cuando despertaste, te diste cuenta de que,
como en tus sueños, todo dura tan poco, es un
instante. Y de instantes vives, rememorándolos,
atesorándolos en tu memoria, pues es ahí donde se guardan,
incorruptibles.

El recuerdo de haber soñado unos labios cálidos y
unos ojos que reflejaban el vacío donde te perdiste
alguna vez. El recuerdo de haber soñado unas manos tibias y
el cálido aliento en el gélido viento: es eso, un recuerdo.

Pero cuando despertaste, el instante onírico se quedó contigo.
Y recuerdas haber guardado silencio, pues las palabras vuelven
complicado lo simple. Reconoces el valor del silencio, porque cuando
las miradas enfermas de pasión se encontraron, no hubo lugar para la
palabra.

¿Dónde es ese lugar místico, donde los besos y las caricias no dejan
espacio a las palabras?

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